El perfume nocturno instala su cuerpoJoaquín Gianuzzi (1980)
en una segunda perfección de lo natural.
Por la gracia de su vida
la noche comienza y el cuarto iluminado
es una palpitación de joven felino.
Ahora se pone el vestido
con una fe que no puedo imaginar
y un susurro de seda la recorre hasta los pies.
Entonces gira
sobre el eje del espejo, sometida
a la contemplación de un presente absoluto.
Un dulce desorden se inmoviliza en torno
hasta que un chasquido de pulseras al cerrarse
anuncia que todas mis opciones están resueltas.
Ella sale del cuarto, ingresa
a una víspera de música incesante
y todo lo que yo no soy la acompaña.
Libro de Cuentos. Macondo es, para mí, La Montenegrina, el paraje del Chaco en el que he pasado parte de mi infancia...
sábado, 13 de abril de 2013
MI HIJA SE VISTE Y SALE
martes, 13 de noviembre de 2012
DÚRMITOR
1)
DÚRMITOR.
2)
LA FOTO QUE ME MIRA.
3)
ESE LUGAR.
4)
ALGUNOS PÁJARON NO ANIDAN EN JAULAS.
5)
APULEYO.
6)
CHELITO DE MI ALMA.
7)
LA SERVILLETA DE WALTER.
8)
DÍA DE LOS SANTOS DIFUNTOS.
9)
FIESTA SORPRESA.
10)
LAS
VÍCTIMAS.
11)
MARGARITAS.
12)
HIJO É
TIGRE.
13)
Q E P Dn.
14)
ROSA.
15)
LA SEÑORA
DEL CAPITÁN.
16)
A LA HORA
DE LA REDENCIÓN.
17)
LA ESPERA
DE LOS SOLOAGA.
18)
PODRIDO,
ME TENÍA.
19)
SUEÑO DE
UNA LARGUÍSIMA NOCHE.
20)
FREGADO.
21)
HORA
FATÍDICA DE LA SIESTA.
22)
EL SEÑOR
RHUARRO.
23)
RESPUESTAS.
sábado, 4 de agosto de 2012
¿Por qué DÚRMITOR?
Porque a pesar de ser ruinas que alguien mira
como al pasar desde la ventanilla de un auto, para nosotros, hijos, nietos y
bisnietos de aquéllos montenegrinos, Dúrmitor significa mucho más.
Catalina Capitanich dice en aquél libro
precioso que escribió, que con el primero de sus muertos en estas tierras,
aquéllos hombres pagaron el derecho a vivir sobre ella. Sin dejar de ser Montenegrinos,
comenzaron a ser algo que ignoraban: Chaqueños.
Porque nuestros muertos pagaron el precio de
nuestra nacionalidad y compraron con lágrimas la tierra que hoy habitamos, y
sus huesos son el polvo de nuestros terraplenes, algarrobos de los montes y
fibra de los algodonales, Dúrmitor es y será el obelisco de aquél pasado
laborioso y soñador donde se casaron, bautizaron a sus hijos y tuvieron que
velar a sus muertos.
Dúrmitor es la montaña de Yugoeslavia que por
imposibilidad de ser trasladada hasta América tuvo que refundarse en estas
tierras; y sobre todo, Dúrmitor es un desafío para que de esas mismas ruinas
adorables y sagradas, nosotros, los que hoy estamos, levantemos los ladrillos
de algo con lo que hubieran soñado aquéllos que nos antecedieron.
Tal vez una escuela secundaria, tal vez un
hospital… no sé. Algo más que ladrillos por el suelo y puertas golpeándose al
sol de nuestro amado Chaco. Nos lo merecemos, se lo merecen ellos.
DÚRMITOR
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Querido Leva
¿Cómo estás? Hace mucho tiempo, exactamente dos días después de que nos encontramos, que quiero decirte la enorme emoción que me produjeron varios de los cuentos de Dúrmitor (La foto que me mira y Chelito de mi alma me hicieron llorar), todos me gustaron. Me dió mucha satisfacción descubrir lo bien que escribís y me encanta tu estilo, lo digo sinceramente.
Quiero que me disculpes por no habertelo expresado antes porque verdaderamente creo que te mereces, además de la gratitud, el reconocimiento de tu talento que es mucho. Exitos y manteneme al tanto de ellos!!!!
Cuantas cosas lindas con Durmitor!!! Me alegro mucho por vos por que
son, además, de un contenido de la región, muy profundas y muy bien contadas,
eso es esencial para enseñarles a gustar de la literatura a un niño. Me encanta que te pasen cosas tan especiales vos siempre igual,
crees y no crees, pero se ve que prevalece creerrrrrrrrrr, porque las cosas
ocurren. Que lo disfrutes mucho!! Son logros
para saborear despacio.
Enrique Oscar Santagada
Querido Sergio: materia pendiente era leer Dúrmitor! ahora que tengo tiempo revisé la biblioteca y ordené por prioridades los libros pendientes. Hoy a las 11 comencé con el tuyo, paré para almorzar y termino de leerlo. "Epopéyico, mágico, poderoso" Lloré, reí y viajé al Chaco y a mi infancia.... Gracias por escribir cuentos tan "reales" o "no-reales" que llegan al corazón.
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